Aunque a simple vista parezca que la imagen es una unidad visual muy distinta al texto, no se distinguen tanto en cuanto al método para ser interpretadas y digeridas por el público que las percibe. Ya sea estática (una fotografía o un dibujo) o animada (un gif o un vídeo) el espectador que se topa con estos formatos, asimila su contenido y lo contextualiza para extraer de él un significado. Algo que también ocurre cuando está leyendo un texto como el actual. Qué mejor ejemplo que este post; ahora mismo, querido lector, tu cerebro está relacionando las palabras de este texto, poniéndolas en el contexto de un blog relacionado con el marketing y dotándolas de un significado muy concreto. Entonces, al acabar este párrafo te encuentras con esto:
En cualquier otro contexto, bien podría haber significado otra cosa, pero en este caso es muy probable que tu asociación haya sido algo así «ok, este es mi cerebro asociando ideas y contextualizando conceptos cuando me enfrento con una imagen». Si este post hablase del Alzheimer quizás hubieras pensado en primer lugar en neuronas o placas cerebrales. En resumen: el contexto lo es todo; usa los gifs y los vídeos teniendo esta máxima siempre en cuenta.
Veamos ahora los formatos de imagen más frecuentes en el universo digital y los usos que pueden tener a la hora de comunicar o complementar información.
GIFs
Esta píldora informativa tuvo su auge casi con el nacimiento de internet, aunque ha sufrido un renacimiento con el advenimiento del nuevo siglo. La gran diferencia que tiene con una fotografía estática es que esta vez entra en juego la dimensión temporal; un gif cuenta una historia en el espacio y en el tiempo. Es la mínima expresión dentro del formato vídeo. Esto es muy útil para comunicar conceptos sencillos y rápidos, tales como emociones o unidades básicas de información. Utilizar un gif como único formato para transmitir una información es muy complicado, a no ser que te sirvas de muchos de ellos para articular una historia coherente más compleja. algo poco recomendable. Lo normal es que se usen como complemento en un texto que contenga una historia más elaborada.
VIDEO
El hermano mayor y más anciano del gif tiene sus mismas características dimensionales (maneja el espacio y el tiempo) pero de un modo más prolongado y definido. Este formato no suele necesitar texto de apoyo alguno, sino que es completamente independiente para transmitir historias largas o ideas complejas. Puede ser corto (de apenas unos segundos) o largo (de una hora o dos). En el mundo del marketing es muy utilizado para desarrollar presentaciones o directamente para anunciar productos o servicios (ya sea mediante un spot publicitario, un vídeo de youtube o una historia de instagram). En la actualidad es el formato que goza de mejor salud y extensión gracias a su capacidad comunicacional y su viralización en las redes sociales. Cada vez más se crean vídeos «mudos» en los que el texto aparece a modo de subtítulo o de información adicional para poder ser vistos sin necesidad de sonido; algo muy habitual en las redes sociales, donde no siempre se puede tener activado.
INFOGRAPHICS
Este formato surgió debido a la necesidad de mostrar paquetes muy complejos de información en muy pocos golpes de vista. Podemos decir que la infografía es la prima aventajada de las gráficas estadísticas. Joan Costa, en su libro «Esquemática: visualizar la información» denomina este arte como esquemática. Una infografía es esencial cuando se quiere mostrar al público una información estadística hiper-compleja, con el ánimo de que éste la traduzca del modo más rápido y asequible posible. En este arte entran en juego los pesos pesados del diseño gráfico, tales como la capacidad de síntesis, el uso del color para distribuir la información de un modo conceptual o el dominio de la tipografía para establecer jerarquías en la disposición de la información del texto.
Estos gráficos son muy usados en publicaciones oficiales, en presentaciones de resultados o en ediciones divulgativas.
Infographic by designer Francesco Franchi
¿Qué cosas hay que tener en cuenta hoy para utilizar correctamente cualquiera de estos formatos? La primera y más importante de todas ellas es la siguiente: las normas de uso de hoy es muy probable que no valgan para mañana. Todos sabemos qué tamaños tenemos que manejar a la hora de crear imágenes para las redes sociales. Del mismo modo, hemos aprendido que el formato cuadrado o vertical ahora funciona mejor que el apaisado por el modo en que las redes y los móviles se están usando, pero quizás esto cambie dentro de unos meses. Como siempre suelo hacer, no incido en especificaciones técnicas sobre tamaños y resoluciones, pues ya hay millones de posts muy específicos al respecto. Prefiero hacer hincapié en aspectos universales y duraderos.
En resumen, antes de utilizar cualquiera de estos formatos, es esencial tener en cuenta cuál es el propósito que están sirviendo, con qué otros formatos comunicativos están interactuando y en qué contexto y forma están siendo mostrados al público. Esto hará mucho más fácil evitar mensajes erróneos y saber con cierta precisión cuál es la información emocional e informacional que se está suministrando al receptor.
¡Ah, si! ¡y el contexto! ¡El contexto lo es todo!
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